Al mirar de lejos, el ojo normal une los rayos de luz sobre la capa de pigmentos de la retina formando así una imagen nítida. Nuestro cerebro evalúa las informaciones sobre la imagen que recibe de ambos ojos y forma una impresión visual uniforme, la reproducción de lo que nosotros vemos.

Se dice que la ametropia es aquella alteración en el poder refractivo del ojo en la que, sin acomodar, el punto conjugado de la retina no coincide con el infinito. Por tanto, la imagen procedente de un objeto situado en el infinito óptico se forma por delante o por detrás de la retina. En estas condiciones la visión es borrosa. Las cuales existen 3 desde el punto de vista clínico; hipermetropía, miopía y astigmatismo. El ojo hipermtrope es demasiado corto. Los rayos de luz se encontrarían detrás de la retina para formar la imagen, por lo cual se percibe una imagen borrosa, se corrige con lentes positivos. El ojo miope es demasiado largo. Los rayos de luz se encontrarían delante de la retina para formar la imagen. Como la imagen no alcanza la retina, se percibe una imagen borrosa, se corrige con lentes negativos. En el caso del astigmatismo, la curvatura de la cornea no suele ser uniforme. La imagen se produce al mismo tiempo tanto delante como detrás de la retina. Como la imagen alcanza la retina desfigurada, se percibe una imagen borrosa, se corrige con lentes cilíndricos.

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